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Actualización sobre cambios en los servicios de Facebook en Australia

*Actualización 1 de septiembre de 2020: texto corregido para aclarar que son 200 millones de dólares australianos y no 200 millones de dólares estadounidenses. 

Australia está elaborando nuevas normas que no entienden la dinámica de Internet y que perjudicarán a las mismas organizaciones de noticias que el gobierno está tratando de proteger. Al elaborar la nueva normativa, la comisión que supervisaba el proceso ignoró hechos importantes, sobre todo, la relación entre los medios de comunicación y las plataformas sociales, y cuál de ellos se beneficia más del otro.

Asumiendo que este proyecto de ley es aprobado, no tendremos más remedio que dejar de permitir que los medios de comunicación y las personas en Australia compartan noticias locales e internacionales en Facebook e Instagram. No es lo que queríamos, pero no tuvimos otra opción. Es la única manera de protegernos de una serie de consecuencias que desafían la lógica, y que a la larga perjudican en vez de ayudar a los medios de comunicación en Australia.

Compartimos el objetivo del gobierno de ese país de apoyar a las organizaciones de noticias que están en dificultades, en particular los periódicos locales, y es por eso es que hemos colaborado ampliamente con la Comisión Australiana para la Competencia y el Consumidor (ACCC, por su sigla en inglés), que ha liderado este esfuerzo. Pero la solución propuesta es contraproducente para conseguir ese objetivo. El alcance del proyecto de ley no tiene precedentes y busca regular todos los aspectos de la forma en que las empresas de tecnología hacen negocios con las organizaciones de noticias. Lo más sorprendente es que obligaría a Facebook a pagar a las empresas editoriales por el contenido que publican voluntariamente en nuestras plataformas y a un precio que desconoce el valor financiero que les aportamos. 

La ACCC presupone que Facebook es el principal beneficiario de la relación que mantiene con los medios, cuando los datos muestran lo contrario. Las noticias representan una fracción de lo que la gente ve en su Feed de Noticias y no es una fuente significativa de ingresos para nosotros. Sin embargo, reconocemos que las noticias tienen un papel de vital importancia para la sociedad y la democracia, por lo que ofrecemos herramientas y formación gratuita para ayudar a las empresas de medios a llegar a audiencias mucho mayores de las que tenían previamente.  

Y es por esa precisa razón que las organizaciones de noticias en Australia, y en otros lugares, eligen publicar noticias en Facebook y animan a los lectores a compartir sus publicaciones a través de las plataformas sociales para aumentar la cantidad de lectores en sus historias. Esto, a su vez, les permite vender más suscripciones y publicidad. Durante los primeros cinco meses del año, registramos 2.300 millones de clics en el Feed de Noticias de Facebook que llevaron a usuarios hacia sitios de noticias australianos sin costo alguno, un tráfico adicional con un valor estimado de 200 millones de dólares australianos para los medios del país.

Invertimos millones de dólares en organizaciones australianas de noticias, y durante las discusiones sobre esta legislación señalamos que continuaríamos haciéndolo. También esperábamos lanzar Facebook News en Australia, un espacio exclusivo para noticias donde pagamos a los medios por el contenido que ofrecen. Desde que lo lanzamos el año pasado en los Estados Unidos, los medios participantes registraron tráfico adicional y alcanzaron nuevas audiencias. 

Pero estas propuestas fueron pasadas por alto. A cambio, nos quedó la opción de remover las noticias completamente o aceptar un esquema que permita a las editoriales cobrarnos por la cantidad de contenido que deseen a un precio que no tiene límites claros. Y lamentablemente ningún negocio puede operar de esa manera.

Los productos y servicios de Facebook en Australia, que permiten que familiares y amigos se conecten, no se verán afectados por esta decisión. Y nuestro compromiso global con las noticias de calidad tampoco. Seguiremos trabajando con gobiernos y reguladores, que con razón, esperan que nos mantengamos diligentes. Pero una regulación exitosa, al igual que un periodismo de calidad, debe basarse en hechos. Y en este caso, no es así.