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Nuevas reglas para la regulación de contenido online

Por Monika Bickert, Vicepresidenta, Políticas de Contenido 

En la última década, el acceso a internet ha contribuido al desarrollo económico de comunidades, a acercar familias, y a impulsar  causas sociales y políticas. Sin embargo, internet también facilitó la propagación de contenido perjudicial como el discurso de odio o la propaganda terrorista. 

Gobiernos, académicos y otras entidades están debatiendo sobre el rol de las plataformas en internet para proteger a las personas y garantizar sus derechos fundamentales, como la libertad de expresión.

El año pasado, Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, pidió a gobiernos y reguladores que colaboren con las plataformas online en la creación y adopción de nuevas regulaciones relativas al contenido online y señaló que: «Es imposible eliminar todo el contenido dañino de internet, pero cuando las personas usan docenas de diferentes servicios para compartir – cada uno con sus propias políticas y procesos – necesitamos un enfoque más estandarizado.». 

Hoy publicamos un informe sobre los temas que una regulación de contenido online podría abordar. En nuestro paper sobre nuevas reglas para la regulación del contenido online, se detallan los últimos avances en relación con este tema, incluyendo iniciativas legislativas y académicas. 

Continuar el debate 

En el informe se plantean cuatro interrogantes en torno al debate sobre la regulación del contenido online: 

Guías para el futuro de la regulación 

El desarrollo de un marco regulatorio debe involucrar a legisladores, empresas privadas, a la sociedad civil y, también, a aquellas personas que usan las plataformas online. Los siguientes principios se basan en lecciones que aprendimos a través de nuestras iniciativas para combatir el contenido dañino y en debates que mantuvimos con otros organismos. 

 

 

Si se diseñan de forma acertada, los nuevos marcos regulatorios del contenido dañino podrían contribuir a una internet exitosa mediante la implementación de métodos claros para que los gobiernos, las empresas y la sociedad civil puedan compartir responsabilidades y trabajar en conjunto. Por el contrario, si no se diseñan adecuadamente estas iniciativas podrían derivar en consecuencias inesperadas que pondrían en riesgo la seguridad de las personas, limitarían la expresión y retrasarían la innovación. 

Esperamos que este informe estimule aún más el debate en torno a la regulación del contenido online. Está basado en otro informe que publicamos en septiembre del año pasado sobre la portabilidad de los datos, y tenemos pensado publicar análisis similares sobre las elecciones y la privacidad en los próximos meses